“Como su presidente, no tengo otro deber superior que proteger al pueblo estadounidense”, enfatizó Trump en un discurso en la base aérea McDill en Tampa (Florida), donde tienen sede los mandos de operaciones especiales con competencias en la guerra contra el terrorismo.
Según Trump, los “terroristas radicales islámicos están decididos a atacar” al país.
“Derrotaremos al terrorismo islámico radical. Y no vamos a permitir que se asiente en nuestro país”, prometió a continuación.
Además, Trump afirmó que son necesarios “programas fuertes”, en aparente alusión a su veto migratorio, para evitar que entren a EE.UU. aquellos que quieren “destruir” al país.
El veto migratorio ordenado por Trump el pasado 27 de enero impide temporalmente la entrada a EE.UU. de los refugiados de todo el mundo y de los ciudadanos de Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Irán y Yemen.
El objetivo declarado de esa medida es, según Trump, evitar la entrada al país de posibles terroristas.
El pasado viernes, el juez federal James Robart bloqueó provisionalmente la orden de Trump mientras revisaba el fondo del caso.
El sábado por la noche, el Gobierno de Trump inició un proceso de apelación de la decisión del juez Robart, que iba acompañado de una petición a la Corte de Apelaciones del Noveno Distrito, con sede en San Francisco (California), para que restaurara el veto.
Ese tribunal de apelaciones rechazó el domingo esa última petición y mantuvo, por tanto, en vigor la decisión de Robart, que ha abierto de nuevo las puertas del país a millones de inmigrantes y refugiados.
No obstante, esa corte ha pedido a los demandantes en el caso -los estados de Washington y Minesota, contrarios al veto migratorio- que presenten argumentos a favor de su posición, y al Gobierno de Trump que haga lo mismo antes de las 23.00 GMT de hoy.
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