Entre las directrices, firmadas por el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, figura la contratación de 10.000 nuevos agentes para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y 5.000 más de la Oficina de Aduanas y Fronteras (CBP).
Igualmente, indican que no solo se perseguirá a los inmigrantes indocumentados con cargos criminales violentos, sino también aquellos que hayan “abusado” de los beneficios públicos o que, “a juicio de un agente de inmigración, puedan suponer un riesgo para la seguridad pública y seguridad nacional”.
En estas directrices quedan exentos los jóvenes indocumentados (“dreamers” o “soñadores”) que llegaron a EE UU como menores de edad.
En el documento del Departamento de Seguridad Nacional se especifica que estos jóvenes indocumentados “no” se verán afectados por las nueves órdenes de la agencia federal.
El Programa de Acción Diferida (DACA), impulsado por el Gobierno de Barack Obama en 2012, ha permitido frenar la deportación de 750.000 “soñadores”.
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