La justicia antiterrorista se hizo cargo del caso, que el primer ministro francés, Edouard Philippe, calificó enseguida de “serio”.
Las fuerzas de seguridad respondían a dos incidentes separados el viernes por la mañana, uno en un supermercado en la ciudad de Trebes y el segundo en la vecina ciudad de Carcasona, donde un policía resultó herido de bala. No estaba claro en un primer momento si ambos estaban relacionados.
En Trebes, un hombre entró “hacia las 11H15” (10H15 GMT) en un supermercado Super U y abrió fuego, según indicó la fiscalía local.
Una fuente cercana a la investigación dio cuenta de al menos dos muertos, pero otras autoridades indicaron que este balance podría aumentar.
“Gran parte de los empleados y clientes del Super U lograron darse a la fuga”, agregó la misma fuente. Un representante de la gendarmería está actualmente en contacto con el atacante. “La situación no está estabilizada” y “nos esperamos desgraciadamente a descubrir otras víctimas”, declaró a la AFP el general de gendarmería Jean-Valéry Letterman.
Cordón policial
Un testigo declaró que el autor de los disparos, que lleva supuestamente cuchillos, un arma corta y granadas, gritó “Alá Akbar” (“Alá es el más grande”) al entrar en el comercio, precisó una fuente de seguridad. El atacante dijo actuar en nombre del grupo Estado Islámico (EI), según la fiscalía.
Las autoridades locales anunciaron en Twitter que el sector estaba acordonado y pidieron a la población que “facilitara el acceso a las fuerzas del orden”. Si se confirma el vínculo con el Estado Islámico, este ataque sería el primero importante desde la elección del presidente Emmanuel Macron en mayo pasado. La toma de rehenes se registra cuando Francia continúa en alerta tras una serie de atentados desde el ataque contra la sede del semanario satírico Charlie Hebdo en enero de 2015, que dejó 12 muertos.
La ola de atentados yihadistas dejó un total de 238 muertos y cientos de heridos en 2015 y 2016. Varios de esos ataques o intentos de ataque apuntaron a militares o policías. Las autoridades temen nuevos atentados a pesar del incremento de las medidas de seguridad instauradas por el gobierno, cuya señal más visible es el despliegue de 10.000 policías y militares en las calles, estaciones y lugares turísticos.
El grupo Estado Islámico, que ha perdido casi todo el terreno que conquistó en Irak y en Siria donde proclamó un califato en 2014, amenaza a menudo a Francia en represalia por su participación en la coalición militar internacional que lucha contra sus combatientes en ambos países.
El EI llamó a atacar a los “infieles” en todas partes, y el grupo intenta exportarse en Europa gracias a los yihadistas que regresaron de Siria con el objetivo de realizar ataques en suelo europeo.
El anterior ataque reivindicado en Francia por el EI había tenido lugar en Marsella, el pasado 1 de octubre. Ese día, un tunecino de 29 años, Ahmed Hanachi, mató a dos jóvenes ante la estación Saint-Charles de la ciudad meridional al grito de “Alá Akbar”, antes de ser abatido por militares.
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