Cita como factores de riesgo a tomar en cuenta, la genética, o sea, si en la familia ya hay casos de suicidios; padecer una enfermedad catastrófica; un intento previo y el abuso de sustancias controladas. Las poblaciones más vulnerables son -puntualizó- adolescentes, adultos jóvenes y personas mayores de 60 años.
El expresidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría mencionó como otro factor de riesgo también las enfermedades mentales, especialmente la depresión, bipolaridad, esquizofrenia y trastornos del estado de ánimo.
En entrevista para LISTÍN DIARIO, el psiquiatra exhorta a poner atención cuando una persona comienza a tener un discurso negativo o una visión catastrófica ante la vida, usando frases como “La vida no tiene sentido”, “No importa lo que me pase”, “Verán lo que voy a hacer”.
Otras señales son subir a lugares altos y quedarse pensativo, manejar de forma temeraria, caminar sin rumbo, jugar con armas de fuego e incurrir en deportes o actividades extremas.
“Ahí, aparte de la idea, el individuo está buscando la forma de consumar el suicidio”, explicó el profesional de la conducta, quien sugiere asumir esas señales como una “emergencia psiquiátrica” y buscarle ayuda profesional a la persona bajo esa condición.
Gómez también llama a tomar en cuenta, especialmente en niños y adolescentes, cuando se aíslan y pierden el interés por sí mismos, así como por las demás personas y las actividades que antes les atraían.
“Cuando usted identifica todos esos predictores, usted tiene la capacidad de salvar esa vida que está a punto de perderse”, indicó el psiquiatra, quien insistió en que no se postergue por más tiempo la apertura de centros comunitarios de salud mental, como puerta de entrada para brindar asistencia en esa área y prevenir el suicidio.
En los primeros seis meses del presente año, 284 personas se han suicidado en el país, un promedio de 47 por mes.
