Tras cinco años enfrentando de manera creciente una débil ‘salud financiera‘, ahora la industria de los icónicos taxis amarillos de la Gran Manzana choca ‘mortalmente’ con la crisis del COVID-19, a menos que puedan conseguir en cuestión de semanas algo de oxígeno para no desaparecer: refinanciar los préstamos de sus permisos para operar, conocidos popularmente como ‘medallones’.
Este jueves, centenares de conductores que vienen desde hace siete meses transitando por calles desiertas, sin turistas ni pasajeros locales, tomaron los alrededores de la Alcaldía de la ciudad de Nueva York, en el Bajo Manhattan, para exigir la intermediación inmediata del Alcalde y el Concejo Municipal en un plan de alivio que sincere y haga accesible el pago de sus medallones.
Uno de los líderes de la demostración fue el ecuatoriano Víctor Salazar, quien tras 30 años operando uno de los ‘Yellow Cab’, abandonó el volante para unirse a la voz de más de 6,000 pequeños empresarios que están ahogados con deudas que los someten a la “esclavitud y al hambre”.
“Nuestra propuesta en tiempos de pandemia es muy simple. Es justo que el precio de los medallones se fijen a un límite de $125,000, a 20 años, para que nosotros podamos pagar 757 dólares al mes, más el seguro, la gasolina y otros costos de mantenimiento. Queremos que la Ciudad que ha tenido un rol bastante dudoso en las subastas de los medallones, sea un intermediario para que las financiadoras accedan a un nuevo esquema de crédito”, explicó el inmigrante.
“Esta industria desaparece”
Los esfuerzos para brindar alivio a la deuda de los taxistas se quedaron en el camino en los últimos seis meses, pero los taxistas ahora se organizan para recordar a las autoridades que su crisis solo se ha visto agravada por la pandemia.
Las solicitudes de este servicio bajaron en un 92% desde que la Ciudad empezó a cerrar su economía para controlar la expansión del COVID-19, pero en el otro lado de esta vía, el promedio de la deuda que enfrentaban los propietarios de medallones es de $700,000.
Bhairavi Desai, directora ejecutiva de la Alianza de Trabajadores de Taxis de Nueva York (NYTWA) aseguró que se está gestando una grave crisis humanitaria.
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