En su boletín de las 08.00 hora local (12.00 GMT), los expertos del NHC indican que María está a 305 kilómetros al sureste de Cabo Hatteras, en Carolina del Norte, y prosigue su acercamiento a la costa de Estados Unidos.
El ciclón, con vientos máximos sostenidos de 120 kilómetros por hora se mueve hacia el norte lentamente, a 11 kilómetros por hora, y se espera que se frene todavía más en las próximas horas.
Los meteorólogos estiman que María realizará un giro este miércoles hacia el nornoreste, lo que lo alejaría paulatinamente de EE.UU.
A pesar de la distancia con la costa, María es todavía un huracán de grandes proporciones, por lo que sus vientos de fuerza de huracanada se extienden desde su centro hasta 105 millas 165 km y los vientos de tormenta tropical alcanzan hasta 390 kilómetros.
Por ello, alertan de que debido a la marejada ciclónica y las mareas pueden producirse aumentos del nivel del mar de hasta 1,2 metros en zonas de la costa de Carolina del Norte.
Además, se esperan acumulaciones de lluvia de hasta 2 pulgadas (50 milímetros) en el mismo estado.
Con todo, los expertos pronostican que María se debilitará en las próximas horas y podría convertirse en tormenta tropical este miércoles o jueves, lejos así de la fuerza de 280 km/hora que registró cuando asoló el Caribe, donde dejó un saldo de medio centenar de víctimas mortales.
Por su parte, Lee tomó fuerza esta madrugada y sus vientos son ya de 155 kilómetros por hora, lo que le convierte en un huracán de categoría 2 en la escala Saffir Simpson, con un máximo de 5.
A pesar de su peligrosidad, Lee sigue en aguas abiertas del Atlántico y no está previsto que afecte a zonas habitadas hasta que vaya perdiendo fuerza la próxima semana, cuando podría dejarse notar en la costa de Irlanda ya muy degradado.
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