No cabe la menor duda de que los deportes profesionales se han convertido en una de las industrias más lucrativas, siendo lideradas desde hace muchos años, por los Mundiales de Fútbol, que mueven miles de millones de dólares.
Esa y no otra, es la razón principal por la que muchos de sus directivos han cruzado la línea y han cometido actos de corrupción extraordinarios, lo que a algunos les ha costado la cárcel y la dimisión de sus puestos.
El manejo de presupuestos multimillonarios, ha vuelto locos a muchos dirigentes, no sólo en las estructuras profesionales, sino que esos casos se dan también en los deportes de aficionados y en países con mucho o bajo presupuesto, incluyendo la República Dominicana.
No es al azar que cuando un dirigente, sin importar el poco o mucho manejo económico cuando llegan a la presidencia de Federación, Asociaciones o Clubes, prácticamente hay que sacarlos a la fuerza, porque nadie se quiere ir.
Esa es la causa por la que dirigentes, con algunas excepciones, han permanecido por décadas en esos puestos, aunque esgriman que es por amor al deporte.
Pero volviendo al fútbol en su máxima expresión, que es la presidencia de la Federación Internacional (FIFA), a pesar de haber salido desacreditado al máximo, todavía el expresidente Joseph Blatter sueña con mantenerse en la palestra, mediante duras críticas a medidas que desea implementar el actual “mandamás”, Gianni Infantino, para el próximo Mundial.
En síntesis, los dirigentes deportivos, ya sea en países desarrollados, como en bananeros como República Dominicana, deben ser “vigilados” muy de cerca como forma de prevención, dado que un peso que se dilapide o se esfume, siempre hará falta para mejorar el deporte.