Como una puerta con varios cerrojos. Así actúa el cerebro ante las drogas, que tienen que hacerse con la llave para entrar y abrirse paso, poco a poco, hasta convertirse en imprescindibles y crear la adicción. Pues bien, unos investigadores de la Universidad de Columbia (Nueva York, EEUU) han visto por primera vez, en un trabajo con ratones, que la nicotina actúa como una llave maestra para la cocaína. Prepara al cerebro para que los efectos de esta droga sean más potentes y la adicción más fácil. No ocurre lo mismo a la inversa.
Ya se sabía, por algunos estudios observacionales, que muchos adictos a la heroína o la cocaína eran consumidores previos de tabaco o de alcohol y que estas sustancias aumentan las posibilidades de engancharse a las llamadas 'drogas duras'. Sin embargo, el mecanismo cerebral que explica el por qué de esta relación se desconocía hasta ahora. El nuevo trabajo, publicado en 'Science Translational Medicine', revela que la nicotina altera la expresión genética de algunas células cerebrales, especialmente la de aquellas situadas en el núcleo accumbens -una región clave relacionada con el sistema de recompensa y en la que influyen todas las drogas-, y lo hace más permeable a la cocaína.
"El sistema de recompensa cerebral es complejo e implica varias regiones. Pero los cambios que hemos observado se han producido en el núcleo accumbens, donde aumenta la expresión de genes relacionados con los comportamientos adictivos, como el gen fosB, tras la exposición a la nicotina", explica a ELMUNDO.es Amir Levine, del Departamento de Neurociencia de Columbia y principal autor de la investigación.
Ya se sabía, por algunos estudios observacionales, que muchos adictos a la heroína o la cocaína eran consumidores previos de tabaco o de alcohol y que estas sustancias aumentan las posibilidades de engancharse a las llamadas 'drogas duras'. Sin embargo, el mecanismo cerebral que explica el por qué de esta relación se desconocía hasta ahora. El nuevo trabajo, publicado en 'Science Translational Medicine', revela que la nicotina altera la expresión genética de algunas células cerebrales, especialmente la de aquellas situadas en el núcleo accumbens -una región clave relacionada con el sistema de recompensa y en la que influyen todas las drogas-, y lo hace más permeable a la cocaína.
"El sistema de recompensa cerebral es complejo e implica varias regiones. Pero los cambios que hemos observado se han producido en el núcleo accumbens, donde aumenta la expresión de genes relacionados con los comportamientos adictivos, como el gen fosB, tras la exposición a la nicotina", explica a ELMUNDO.es Amir Levine, del Departamento de Neurociencia de Columbia y principal autor de la investigación.