Santo Domingo.– Con el paso de los años la Policía Nacional se ha convertido en una institución “macrocefálica”, albergando actualmente en sus filas a 10,858 oficiales, que representan el 29 % de su nómina, lo que le quita eficacia a la institución.
Entre estos oficiales hay 51 generales, 489 coroneles y 589 tenientes coroneles que conforman los altos mandos.
Los rangos de oficiales van desde segundos tenientes pasando por mayores y capitanes hasta llegar al mayor general, cargo que ostenta el actual jefe, Nelson Peguero Paredes.
El abultado número de oficiales generales, superiores (coroneles-mayores) y subalternos (segundos y primeros tenientes y capitanes) representa el 29 % de los 35,317 agentes policiales, excluyendo los 2,289 asimilados.
Del total de los miembros, 10,502 son rasos, quedando el número de oficiales por encima de este rango.
“Es una institución macrocefálica con una cabeza muy grande y unas piernas muy débiles”, considera el experto en temas de seguridad Daniel Pou.
Dificultades por distorsión
Para Pou, esta situación crea una dispersión de poder que dificulta que haya efectividad para la aplicación de una política de seguridad.
“Hay pocos mandos medios de supervisión en relación a la cantidad de oficiales que hay en los altos mandos”, puntualizó.
Agregó que no obstante a haber carencia de estos mandos un porcentaje importante de ellos están en otras funciones que no son de la Policía.
“Esto genera que parte del cuerpo policial que se dedica a las labores de patrullaje ande sin control que garantice la calidad del trabajo”, explicó.
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