El descubrimiento de Rontgen ocurrió accidentalmente en su laboratorio de Wurzburg, Alemania, donde estaba probando si los rayos catódicos podían pasar a través del cristal cuando notó un resplandor procedente de una pantalla quimicamente recubierta cercana.
Él dobló los rayos que causaron este resplandor de los rayos X debido a su naturaleza desconocida.
Los rayos X son ondas de energía electromagnética que actúan de forma similar a los rayos de luz, pero a longitudes de onda aproximadamente 1.000 veces más cortas que las de la luz.
Rontgen se encerró en su laboratorio y realizó una serie de experimentos para comprender mejor su descubrimiento.
Aprendió que los rayos X penetran en la carne humana, pero no en sustancias de mayor densidad como el hueso o el plomo y que pueden ser fotografiados.